El carnaval en esta parte de las Sierras Chicas se llama Tricota Cultural, y durante 3 jornadas todos los vecinos, vecinas y turistas nos llegaremos a la canchita de Villa Ani Mí, para ser parte de este encuentro popular, para compartir la alegría y celebrar la rebeldía.
No se conoce de antemano la grilla de artistas ni los horarios de cada uno, pero se sabe que allí va a pasar algo interesante, algo hermoso que nadie se quiere perder.
Un grupo de vecinos (que fue variando a lo largo de estos 16 años, aunque algunos nombres persisten en esta hazaña) comienza a reunirse desde noviembre, se organizan en comisiones, y de ese trabajo de hormigas en el que todos mueven algo un poquito, se va armando la magia.
Todos y todas hacen su parte.
Algunos se encargan de la convocatoria de artistas, músicos, cantantes, murgueros, coreutas, bailarines, organizaciones sociales, artesanos, sonidistas, fotógrafos.
Otros estarán tras bambalinas, en el escenario, serán presentadores o armarán la escenografía, varios se encargarán del buffet, de la parrilla repleta de choris y de mantener fría la bebida.
Están los que se encargan de gestionar, de pedir los permisos, de redactar peticiones y proyectos, son quienes tienen la experiencia y hacen de todo un poco, dejan el cuerpo cada febrero para renacer en cada carnaval.
La quema del Momo será el cierre perfecto. Ese gran dios del carnaval, que oficiará de anfitrión durante las tres noches, comenzó a armarse durante las semanas previas; artistas locales se vienen reuniendo durante días y noches con los chicos a cuestas y la ilusión como bandera para entrelazar cada alambre, para hacer el engrudo y pegar cada papel, para darle forma a este momo gigantesco que albergará los sueños y deseos que los asistentes escribirán en un papelito y depositarán en él, para finalmente darle tanto calor y amor que arderá: así termina el carnaval y todo vuelve a comenzar.
TRICOTA 2023: GRILLA, FERIA DE ARTESANOS Y ORGANIZACIONES SOCIALES
Este año la Tricota vuelve al formato habitual después de dos años de pandemia, durante tres noches (el sábado 18, domingo 19 y lunes 20 febrero) se podrá asistir de manera libre y gratuita al predio de la cancha de fútbol de Villa Ani Mí.
Allí estarán dispuestas las carpas de las organizaciones sociales y los puestos de artesanos, y allí también se levantará el escenario donde las distintas expresiones artísticas harán lo suyo, donde el encuentro entre vecinos, familiares y amigos, amplificará los abrazos y las sonrisas.
Alejandro Rezzónico, uno de los integrantes de la comisión organizadora explica que la Feria de Artesanos y la Feria de Organizaciones Social es algo que vienen sosteniendo porque “entendemos a la Tricota como un encuentro y no como un festival. Porque lo que tenemos para compartir no sólo es un número musical o espectáculo de danza, sino también nos convocamos para conocer cuáles son las organizaciones de la región que están trabajando en pos de distintos derechos: de la promoción y el cuidado del medioambiente, de la salud, diversidad sexual, entre otras cuestiones.”
Por eso no se difunden los artistas y bailarines que se presentarán, “queremos que lo que convoque sea el encuentro, y no que la gente vaya a ver un artista o un género.”
En ese sentido, “la Tricota no nos convoca como espectadores sino como protagonistas, entendemos el carnaval como un espacio de participación, no vamos a quedarnos quietos, vamos a movernos, a caminar por el predio, vamos al buffet, visitamos los stand de artesanos, las carpas de las organizaciones, vamos a bailar, a encontrarnos con vecinos y amigues”, asegura.
Lo que sí adelantan desde la organización es que “habrá una grilla muy variada con distintos géneros y estilos, desde el rock, el folclore, el hip hop, además habrá espectáculos que tienen que ver con la danza y el teatro. Cada noche habrá una propuesta para niñes y como siempre la última noche hacemos la tradicional y esperada quema del Momo”, detalla Rezzónico.
LA EDUCACIÓN POPULAR EN LA GÉNESIS DE LA TRICOTA CULTURAL
Javier Bornancini es una de las personas que ha participado activamente en los inicios de la Tricota, él recuerda que “en el año 2007 un grupo reducido de jóvenes, que veníamos realizando actividades de educación popular en un barrio de Villa Ani Mi, decidimos organizar una propuesta cultural para el verano, teniendo en cuenta que hasta ese momento las únicas actividades culturales eran realizadas por el Municipio y tenían un carácter totalmente excluyente, ya que para acceder había que pagar una entrada. Y a nosotros nos parecía que la cultura debía ser un derecho donde podamos acceder de forma libre y gratuita, donde podamos ser protagonista de ese hacer.”
De esa rebeldía y con una firme convicción surge esta iniciativa que pudo sostenerse en el tiempo por muchos años. La Tricota, con el paso de los años “fue creciendo en muchos sentidos, creció en cuanto a la participación de la comunidad, también el encuentro fue creciendo en magnitud, en la cantidad de gente que se llega esos días y en la cantidad de gente que participa previamente”, señala Bornancini y concluye que “la verdad es que la Tricota se ha afianzado como un encuentro popular, como un festejo de carnaval en Sierras Chicas.”