PATTY STÖCK, LA MUJER DE MIL COLORES QUE TEJE HISTORIAS DE AGUA DE ORO

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21/01/2025

Patty Stöck es Licenciada en Psicología, trabaja desde la mirada jungiana, es artista plástica desde lo textil y tejedora de una vida abundante de experiencias y entrega.

Patty nació en Agua de Oro, su familia pertenece al grupo de pioneros fundadores de nuestro pueblo: los Antún y los Stöck.

En esta entrevista conocemos a la mujer de mil colores y recorremos historias perdidas de Agua de Oro que fueron construyendo el lugar que habitamos.

AGUA DE ORO

“Como el río, con sus múltiples vericuetos, viví aquí hasta los 15 años” comienza Patty trazando analogías entre su vida y el corazón de agua de oro: su río.

Hubo un largo periodo de 7 años en los que viví aquí sin mis padres porque, para ir a la escuela no era posible quedarse en el campo que trabajaban, con Federico, mi hermano mayor, nos quedamos con la familia de mamá, los Antún, sirios libaneses de origen, ” los turcos” para la zona. Llegaron aquí instalando un almacén de Ramos Generales como se usaba, el más grande por estos lares, a los que abastecía. Con el tiempo, la casona antigua fue modernizada, se transformaría en un supermercado, hoy, “el Mac”. 

Su familia tuvo un papel activo en la organización social del pueblo. “Crecí  rodeada de adultos involucrados en la vida social y política de Agua de Oro”, cuenta Patty.  Su papá, Juan había nacido en una colonia alemana en Ceres, provincia de Santa Fe, siendo el décimo de 11 hermanos, se marchó de su hogar siendo muy joven y llegó a Jesús María para cumplir con el servicio militar. Allí residía la familia de su mamá. “Se conocieron, se enamoraron y finalmente se casaron en Agua de Oro, fue difícil para él, ser aceptado por la rigidez semita. Pudo, de todos modos, hacer su propio camino. Entre otras tareas, trabajó en la instalación de postes y cableado de la primera habilitación de luz eléctrica del pueblo, por ejemplo.”

Agua de Oro era muy pequeña, sus casas son las que hoy muestran el paso del tiempo como testigos fieles, en las costaneras alta y baja. “A mis 12 años mis padres regresan a Agua de oro y la familia, ya con una nueva integrante, mi hermana menor Patricia, se vuelve a reunir. Al poco tiempo se convierten en los inquilinos de la Confitería Mi Rincón en ese momento, luego sería adquirido a su dueño, Grimmé, el alemán que construyó esta casa, la que hoy tiene casi 100 años.”

“Con mamá a la cabeza, hicieron de este lugar un hito en los 60: bailable de noche, salón de té y comida minuta al mediodía. Papá también tuvo que ver con la construcción de la ruta pavimentada Agua de Oro – Jesús María y luego por dos periodos largos, fue el Juez de Paz de la pedanía San Vicente. Construyeron y aportaron a nuestra villa turística”, asegura. 

Teresa Antún y Juan Stöck, padres de Patty

LO QUE HABITAMOS

“Recuerdo las disputas entre radicales y peronistas… Se conformaba cada cierto tiempo la comisión vecinal, la comisión del club, de la biblioteca, no había divisiones, el que ganaba siempre recibía la colaboración del que perdía y fuera de las contiendas electorales, todos trabajaban por el bien común… ¡qué tiempos aquellos!”, recuerda. 

“El Club era el punto de encuentro para la celebraciones; la escuela, solo una primaria, por mucho tiempo, lo usaba para todos los actos, los bailes para carnaval y alguna festividad; la cancha de bocha, juego obligado para el entretenimiento de adultos. El restaurante La Primavera de hoy está en la misma casona centenaria sobre la Ruta E-53 casi frente al club, a donde se inició la original La Primavera. En aquella, los paisanos, como se los llamaba, ataban sus caballos en el palenque (que ya no está lamentablemente) y se amanecían tomando vino… era el “boliche” del pueblo. Hoy mantiene aquella impronta convertida en un Restó tipo bodegón en donde perdura el aire de tanta historia”, rememora. 

Hoy La Primavera es un espacio reconocido y querido por vecinos y turistas y está en manos de Martín, hijo de Patty y de Lucía pareja de Martín. Antiguamente, los dueños de ese lugar eran los Bodach, quienes, al igual que los Antún, llegaron Agua de Oro al final de la década de los 40. “Todo la cuadra era de ellos, doña Ana, mamá de Úrsula, hoy dueña de la Quiniela que está al lado de La Primavera, los hijos de Elisa, hermana de Ana, se fueron como lo hicimos muchos, hoy mantienen la propiedad.”

Como en todos los pueblos, hay apellidos que perduran en el tiempo y se saben históricos porque los abuelos trabajaron para forjarlos. Patty enumera,  por ejemplo, Bodach,  Antún,  De La Plaza,  Moyano, entre otros. Habla de recuerdos lejanos, por ejemplo, “Rocel Moyano manejando la primer camioneta de la Cooperativa, “la Antonia” (Yanes) como la llamábamos, atendiendo la carnicería con su marido Belarmino Moyano a donde hoy es la remisería a cargo de sus nietos.”

“Hoy no hay calles que honren a mujeres con roles fundacionales en Agua de Oro” reclama Patty y siente que muchas veces no son reconocidas aquellas familias históricas del pueblo, aquellos que lo hicieron, que le dieron identidad, que forjaron su idiosincrasia.

Hace unos años se fundó el Museo Histórico y Arqueológico de Agua de Oro ubicado en la casona Ismeria, sobre la ruta E- 53. “Cuando entro al museo y comienzo a mirar, no había fotos de los Antún ni de los Stöck, fue muy duro ver eso, había paneles enteros con una sola familia, casi vergonzoso; cosas como estas me duelen, me duele Agua de Oro.

“Yo le llevé fotos a Daniel Guardia a cargo de la gestión en ese momento y ahora hay algunas de mi fiesta de 15 años en el San Leonardo pero nadie sabe quiénes son…. algo que agradeceré siempre es la obra del Museo Arqueológico que, con muchísimo esmero y profesionalismo llevo adelante Daniel Guardia”, manifiesta.

Tres Generaciones: Teresa Antún de Stöck, Patty Stöck y Camila Torres Stöck

PATTY Y SU TELAR

A los 20 años, Patty vivía en Córdoba, se casa y se recibe en la Universidad Nacional en 1972. En 1976, proceso militar de por medio, se muda a Buenos Aires por unos años. En 1981, regresa a Agua de Oro con Martín de 11 meses, una pareja y un taller de telares. “Guardé el titulo porque corría riesgos, por aquello a lo que adhería, participaba de ese momento histórico, era protagonista”, afirma.

Al regresar, alquila una casa con un taller mecánico de 20 metros por 20 metros que rápidamente transformó en su taller “Patty telar”, en pleno centro, frente a La Primavera.

Entre 1981 y 1983, fue un tiempo que define como “infinitamente grato”, no solo por el trabajo creativo sino, también por la comunidad que construyó alrededor de su proyecto. El taller contó con 30 tejedoras y 60 costureras de Agua de Oro, El Manzano, El Sauce, El Pueblito.

“Organizamos un sistema eficiente: un transporte llevaba y traía prendas tejidas y cosidas a diario y a las chicas que trabajaban en el taller. Había una cuenta en la Farmacia para medicamentos si fuera necesario, para todas, y también una cuenta en el super para las mamas de bebés. También en mi casa funcionaba un comedor para todas según los turnos con su cocinera. Aunque el taller enfrentaba crisis económicas, se veía el modo de seguir. El taller dejo huella… todavía me cruzo con mujeres que trabajaron con nosotros, nos miramos y la exclamación que nunca falta es… ´¿te acordás…?

En ese tiempo nació Camila, su segunda hija. El movimiento creativo era inmenso, en verano las prendas eran expuestas y eventualmente, vendidas a turistas. El grueso de la producción se vendía en Buenos Aires, la Costa y el Sur argentino.…

“También comenzamos a incursionar en la Ferias de Artesanías de Fecor (hoy Feriar) y la Feria de Cosquín, adonde obtuvimos premios. También fui pionera en la apertura del Paseo de Las Artes donde tenía media cuadra para exhibir y vender mis prendas, muy originales, a puro diseño intuitivo“, asegura. “Viviendo en Río Ceballos, luego, abrimos dos locales de artesanías a dónde también enseñaba a tejer…siempre tuve alumnas.”.

Patty junto a sus nietos, frente a su obra "Mandala"

ARTISTA TEXTIL, AMÉRICA LATINA TEJIDA

En una de las etapas en que vivió en Buenos Aires, Patty comenzó a explorar el arte del tapiz: “Hice mi primer tapiz y me pareció maravillosa la posibilidad que lo textil me dio en cuanto al manejo del color, la textura y la versatilidad que le podía dar a la forma, quería seguir haciendo arte”.

Con el tiempo, el telar le quedó chico y decidió experimentar, comenzó colgando troncos en el taller y a incorporar elementos a esas estructuras, “así fue como comencé a hacer aparatos textiles y luego instalaciones”, explica.

En 1983 conoció a Anahí Cáceres, una artista destacada quien la invitó a formar parte de la Agrupación para el Desarrollo de Experiencias Visuales (ADEF).”Bajo su dirección, conseguimos el subsuelo del Centro Cultural de Alta Córdoba (ex mercado), allí cada miembro tenía un espacio para desarrollar su arte.”

En ese marco fueron invitados como Agrupación, a participar del evento artístico del Primer Festival Latinoamericano de Teatro en 1984, celebrado tras el retorno de la democracia. ADEV estuvo a cargo del evento plástico y estuvimos también en el Museo Caraffa a donde cada uno instaló su propia obra experimental, impulsados por pura intuición.

Más sobre el grupo puede leerse aquí. https://dialnet.unirioja.es/servlet/articulo?codigo=8465661

Patty presentó allí una obra impactante: “Aquí… mañana”, un tapiz de 30 metros de largo por 1 metro de ancho que ascendía desde el piso al techo recorriendo toda la paleta, desde el rojo que representaba una América Latina ensangrentada, hasta culminar en un dorado brillante, el sol del mañana, colocado en una caja negra de lanas con paredes y piso negros.

“Fue mucho el éxito que todos tuvimos, la gente tuvo la posibilidad de vernos y los diarios explotaban en Córdoba por la conmovedora repercusión cultural que tuvo esto que era puro festejo por el regreso de la democracia y por la posibilidad de expresión luego de tanto silencio”, dice.

También participó de varias muestras de arte colectivas en Córdoba y Buenos Aires, y luego el arte fue guardado.

En 2007, su regreso definitivo de Buenos Aires, comenzó a trabajar en una nueva pieza llamada “Mandala” que finalizó en 2020, durante la pandemia. “Cuando la terminé no sabía qué hacer con esta pieza por sus grandes dimensiones. Ver el resultado para mí fue inesperado luego de tanto tiempo” Mandala de 2 metros por 2,5 metros estuvo expuesto en la Casona Ismeria de Agua de Oro y actualmente se encuentra en el Café de la Granja, en La Granja (Sierras Chicas).

Hoy tiene en elaboración cinco mandalas más pequeños que terminados conformarán una instalación interesante. “Lo hago porque no puedo no hacerlo, el deseo es mostrar la obra ya que quien la ve,  me ve; pero esa instancia llegará si sucede… no lo busco… simplemente realizo por pura intuición y creatividad. También tejo en el telar accesorios de ropa femenina y tampoco puedo dejar de tejer …esta en mí”, sentencca.

Mi abuela paterna alemana tejía. Cuando era una niña pequeña me sentaba a mirarla. No podía creer que no fuera magia lo que salía de su telar. Aún conservo piezas realizadas por ella, y sin duda, tengo su impronta”. 

Para quienes quieran conocer más, Patty comparte su obra en este video.

Patty junto a parte de su familia

SU FORMACIÓN Y RECORRIDO EN EL ÁMBITO DE LA PSICOLOGÍA

Patty egresa de la UNC en 1972 y en 1983 comienza su práctica clínica con pacientes en Río Ceballos, y en su consultorio en Córdoba.

En 1985, comienza su formación gestáltica con la prestigiosa chilena Nana Snake, figura que le deja gran legado.

Su práctica incluiría, ahora, los grupos terapéuticos gestalticos hasta que llegó a un punto en que sentía que había algo más que descubrir.

“Abría una puerta pero no podía ver que había más allá”. Con esta inquietud realiza varios viajes a Buenos Aires, dónde realiza formaciones varias, siempre buscando, hasta que nuevamente se muda a Buenos Aires. “Hice largo camino, incluí diversas miradas terapéuticas, hasta que, luego de una muy dolorosa experiencia de vida, encontré a Roberto Solari en 1994, Director de la Fundación Harmonía Humanitas, fundación dedicada a trabajar con las meditaciones de Osho, maestro con quién Roberto Solari experimenta un evento de discontinuidad fundamental (epifanía) en su Ashram de Poona en la India. Encontrarlo, fue un hecho decisivo para mí crecimiento personal, para mí formación profesional y por sobre todo, para mi propio trabajo interno.”

El trabajo con su maestro incluía la profundización terapéutica y la formación jungiana inspirada en las enseñanzas de Carl Jung, psiquiatra inminente del siglo XX . …”Jung me seduce tanto porque incluye en la psicología el estudio del alma realmente… para Jung, el sentido de la vida es encontrar lo trascendente en nosotros, la neurosis cubre y empaña el ser que realmente somos… mis preguntas encontraron en este camino muchas respuestas y encontraron más preguntas y en eso trabajo todos los días con las personas que llegan a mí y por sobre todo conmigo misma”, comenta Patty.

En algún momento trabajó con niños. Esta inquietud se despertó con el pedido de las madres que participaban de grupos terapéuticos de que atendiera también a sus niños. “Ellas se sentían sobrepasadas. Las frases más escuchadas eran ´no sé qué hacer… no sé cómo hacerlo… tengo dificultades con ellos en casa, en la escuela…´Generalmente eran mamás que se enfrentaban solas a la crianza, ya separadas.”

“Un día decidí formar un grupo de cinco niños y continúe en paralelo trabajando con sus madres. Esta experiencia fue documentada y con los años se convirtió en un librito para padres, maestros, y psicólogos infantiles, con una sugerencia esencial, fruto de mi experiencia: si hay algo que sana, que restablece el equilibrio, que nos convierte en personas, es el amor expresado sin condiciones…. el libro se llama Sin Condiciones

Patty cuenta que “a partir de los 50 años y con más experiencia como parte de mi propio trabajo con el ser mujer, enfoqué mi tarea terapéutica en grupos de mujeres.”

“Encontré la adaptación del viaje del héroe para mujeres y me pareció una propuesta justa para el momento histórico evolutivo que nos toca vivir.” El Viaje Heroico de la mujer ha convocado a más de 600 mujeres en Córdoba, Buenos Aires ,y todo el corredor de la Sierras chicas y ahora, se estará llevando a cabo a partir de Enero, en Agua de Oro. “Estoy convencida que es un trabajo transformador que nos acerca realmente a la esencia que manifestamos como mujeres: lo femenino”, asegura.

“Aunque tejer y ´terapizar´, parecen dos oficios opuestos, uno manual otro intelectual, nunca pude vivirlos así. Tejer en el consultorio es tejer la red del alma y tejer en el telar es producir un objeto amoroso. Así que tejiendo y terapizando pude integrar los dos oficios en el taller Tejiendo emociones propuesta que incluye cuerpo, mente, emociones, y alma” . originalmente en la década del 80 estaba dirigido a artistas. En los últimos años lo convertí en una propuesta terapéutica para grupos mixtos interesados en el trabajo interno.”

En 2023 Patty organizó un taller en el que trabajó sobre las etapas de la vida: septenios, inspirada en la obra del filósofo y maestro austríaco Rudolf Steiner, creador de la pedagogía Waldorf. “Trabajamos con las etapas con diferentes recursos terapéuticos, con el cuerpo y el movimiento haciendo uso de la música, con la emoción, recurriendo a la visualización y la gestalt y finalizamos con la expresión, tejiendo lo que sentimos, expresándolo a través de color, textura y forma.” Patty está escribiendo sobre la experiencia para dejar constancia, porque considera que es una propuesta creativa valiosa. Este recorrido donde la psicología, entrelazada con su pasión por el telar y la expresión artística, refleja su constante búsqueda para integrar creatividad, emoción y el trabajo interno hacia lo trascendent.

Patty junto a sus hijos Martín y Camila

VOLVER A DONDE NACÍ

Patty relata que un día, ya sola en Buenos Aires, recibió la visita de Martín y Camila, sus hijos, quienes estaban allí con la sola intención de convencerla para que regresara a su lugar de origen, que ellos tanto aman, Agua de Oro y a donde ellos regresaron a los 18 años, apenas terminado el colegio secundario.

“Fue muy difícil dejar Buenos Aires, lloré tres meses seguidos mientras armaba la mudanza y aquí estoy, para nada arrepentida de la posibilidad de vivir en un lugar como este, a la orilla del río y los pájaros entrando por mis ventanas. Siempre dije que volvería ya viejita y con bastón, a morir a donde nací… aquí estoy, aún sin bastón…”

Hace 16 años que regresó y siente que puede capitalizar lo vivido, transformarlo en experiencia y dedicarse a ofrecer de lo que tiene.

“No me quiero llevar a la tumba tanta experiencia, tanto aprendizaje capitalizado a partir de muchos mojones, algunos muy dolorosos, otros, de mil colores que me fueron construyendo despacito para ser hoy, ésta que no deja de moverse en función de ofrecer-se”, manifiesta.

Sin darse cuenta, hoy aún siente el impacto de su trabajo en la comunidad. “Muchas mujeres de la cocina y del staff de Mi Rincón, aprendieron a tejer, allá, por los 80, con ella en su taller y hoy tienen telares en sus casas y a veces tejen …”con eso me basta”….

En relación a las huellas históricas en Agua de Oro, le duele que tantos rastros que son las verdaderas raíces, ya no existan,“… no hay recuerdos, no hay rastros, es como si todo hubiese sido borrado y creo que sí,  fue borrado. Desde lo familiar, solo queda una prima, una Antún,  Mis padres ya partieron hace tiempo y nada menos que mis hijos se hicieron cargo del emblemático Mi Rincón.”

“Algunos me hablan de ´lo generacional´, como casi todos los nacidos en la década del 50-60 nos fuimos, eso fue borrando parte de la historia. Es cierto que la continuidad histórica se corta con la ausencia. Si profundizo un poco más, creo que los hombres, en interacción con el medio, somos los que producimos los hechos,  acá se borró la historia y los que la contamos,… no contamos… pura reflexión no más…”, concluye. 

Una postal de Agua de Oro: el río, el vado, el restaurante Mi Rincón, y histórico arco de Agua de Oro que la crecida del 2015 se llevó

2 thoughts on “PATTY STÖCK, LA MUJER DE MIL COLORES QUE TEJE HISTORIAS DE AGUA DE ORO

  1. Que tremenda historia y documentación de una vida abundante de experiencias, obras, expresiones… agradesco mucho de haber recibido este articulo de mi querida amiga Antonieta! Saludos amicales y cordiales a Patty!

  2. Hermosa nota. Ella sería la madre de Martín el dueño de Mí Rincón? Me perdí un poco con la nota.
    Si es así creo haberla visto con su esposo atendiendo el restaurante. En cuyo lugar festeje mí casamiento en el año 2007, en ese momento hice contacto con Martín. Gracias que edad tiene ahora está Señora y donde vive?

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