ACERCA DE DOS POEMAS DE LETICIA VASARHELYI

Actualidad Cultura Suplemento Literario

7/4/2025

por Marina Villarruel

Las personas que escribimos, por oficio, por gusto, por placer, de una manera u otra y en algún momento en particular, nos hemos vinculado con algún taller de escritura. Hoy en día existen muchas ofertas de distintos tipos de talleres de escritura: creativa, de poesía, de narrativa, de micro-relatos, etc. Sólo basta buscar en las redes para encontrar mucha y variada oferta. Vivimos en tiempos en que todo está al alcance de una búsqueda virtual. Pero la presencialidad, es otra cosa. El trasladarse y asistir. El poner el cuerpo para que algo suceda. Eso, es otra cosa. El conocernos. El mirarnos los gestos. El leer y el escuchar. Es otra cosa. Si el taller “de veras es un espacio de libertad, alienta la expansión de cada individualidad” nos dice Carlos Aletto en relación al taller que llevaba adelante Alberto Laiseca en el Centro Cultural Rojas de la Universidad de Buenos Aires. Laiseca propiciaba “la creencia de una literatura como experiencia “entre amigos” donde la corrección no aplasta, sino que libera.” Para quienes escriben es valioso participar de un taller donde se propicie la libertad de escribir, de leer, de hacer devoluciones y escucharlas y volver a leer. En uno de estos espacios conocí a Leticia Vasarhelyi, porque quienes escribimos cada tanto nos juntamos a leer, y en una de esas jornadas de lectura organizada por el taller de escritura del Centro de Jubilados de la localidad de Agua de Oro, escuché a Leticia leer sus poemas. Todavía me pregunto: ¿Cuál será la verdad que esa madre ocultó? ¿Tan Adicia y Medusa era? ¿Tan gran mentirosa?

Con Leticia nos volvimos a encontrar en el taller que coordina Jazmín Beain en el Centro de Jubilados cuando me invitaron a presentar y leer mi libro Verano y lo que viene después. Algo sucede allí. Algo “entre amigos” donde la escritura se libera. Leticia, médica jubilada, participa del taller. Si bien escribe desde muy joven, lamenta haber perdido esos escritos. Pero sigue escribiendo. Hoy les comparto dos de sus poemas: “Mami” y “Tenue”. Tenue como la lluvia que cala hondo, como el decir de Leticia. Espero que lo disfruten.

MAMI
Inspirado en la obra de Sylvia Plath          

Mami, mamita
cuánto destruiste mi vida,
me aislaste como en el Edén.
Te pregunté: ¿Por qué?
Tu respuesta fue una cachetada
ay, ay, ay, me duele.
Nunca dijiste dónde buscar
mentías, siempre y mucho
fuiste un Big Fat Liar
no te importó mi sufrimiento.
Te reías con tus amigos
por lo joven y bella que eras
pero en el espejo te aterraba
la imagen de Adicia y Medusa
que te devolvía.
¿Por qué no me dijiste la verdad?
Pero busqué y busqué, no sabía dónde
estaba alerta como un gato
Yo era muy pequeña
para semejante empresa
seis años cuando sospeché
a los ocho se lo conté a una amiga
once cuando lo supe.
A los trece comenzaron mis rebeliones
entonces te preocupaste
no fuiste sincera conmigo
yo ya sabía dónde buscar
en los cementerios, entre las tumbas,
en las necrológicas, en lo tenebroso,
encontré, encontré la verdad
y empecé a disimular
igual que vos.
Con los años, enfermaste, te cuidé
no lo merecías
Cuando estabas por morir
pensé, ahora me lo dice,
no, no, no lo dijiste.
Mami, mamita
llevaste tu secreto junto a Hades
pero ya no era un secreto para mí.
Yo lo sabía. Hip, hip, hip.

Leticia Vasarhelyi

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TENUE

Tenue, muy tenue está la niña
la piel pálida, el susurro de su voz.
Tenue, muy tenue es la sonrisa
las lágrimas brillantes, los ojos tristes.
Tenue, muy tenue es el andar
las caricias apagadas, la tristeza en el rostro.

Tenue, muy tenue el sol que asoma
a través de la frondosa arboleda.
Tenue, muy tenue el piar de los pájaros
y a veces la llovizna acompaña al dolor.
Tenue, muy tenue el gris de los murallones
el paso de las enfermeras, la luz que no ilumina.

Tenue, muy tenue el palpitar de mi corazón.

Leticia Vasarhelyi 

Mi nombre es Leticia Vasarhelyi, soy médica ya jubilada, y escribo desde muy joven, comencé a guardar mis escritos a los 15 años y lamentablemente siendo ya una adulta se perdieron, volví a escribir hace sólo diez años.

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