ACERCA DE LOS “ESCRITOS” DE FABRIZIO CABRERA

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5/5/2025
Por Marina Villarruel

A veces la docencia parece un abismo que abraza. Te abraza tan fuerte que hasta te deja paralizado. Vivimos tiempos complejos y los tiempos están marcados en los cuerpos y la violencia es la herramienta de mano. Todas las semanas convivo con docentes que se hacen la pregunta: ¿Qué hacer? ¿Cómo hacer la diferencia? ¿Cómo hacerla con el sueldo que no alcanza, con el alquiler que sube, con lo caro que está comer, con los niños que quedaron a cargo de la abuela y con todos estos otros que tal vez estén atravesados por situaciones familiares similares?

Que el sistema hace agua ya lo sabemos. También sabemos que quienes lo sostienen son aquellos docentes que todavía se preguntan /se siguen preguntando/ cómo hacer la diferencia. En el aula un docente convive mucho tiempo con los estudiantes, es allí donde se construyen los vínculos que permitirán la comunicación necesaria para que el aprendizaje sea posible. Los vínculos se construyen con la mirada, la escucha atenta, la comunicación de ida y vuelta, el respeto. ¿Y si falta el respeto qué hacemos? La docente vuelve a reforzar la idea /la necesidad/ de comunicarse bajo el respeto porque la palabra de cada persona cuenta.

La palabra cuenta como comunicación, como salida, como válvula de escape, como expresión creativa. Porque cuando la expresión creativa está presente, la docente sabe que el estudiante posee una herramienta valiosa, que le permitirá indagar al mundo que lo rodea y en ese indagar, preguntarse por sí mismo. Y en ese preguntarse, salir victorioso de la batalla. Si es que la vida sea una batalla. Los “Escritos” de Fabrizio tienen mucho de esto, en ellos el yo poético quiere “Ahogarse en sombras que no preguntan” porque la realidad es difícil /se torna difícil/ pero el yo no se queda ahí, no se hunde sin dar la batalla, aunque la batalla se reduzca tan solo al mirar, porque no hay “miedo de quedarse acá, solo el silencio y yo, y este abismo que abraza”.

Entonces abrazar el abismo será el camino a transitar, confiando en las herramientas adquiridas y en los vínculos creados. Y en ese detenerse a mirar, en ese pausar el tiempo, tener la absoluta certeza que el camino traerá las respuestas. Fabrizio y yo compartimos las aulas en un par de ocasiones. Yo soy su docente. El es uno de mis estudiantes. Y estos encuentros son algunas de las respuestas que la vida ya nos trae. 

“Escritos” de Fabrizio Cabrera

Hoy quiero hundirme, ser naufragio en una cama.
Ahogarme en sombras que no preguntan, dejar que el peso venza sin lucha.
Llorar hasta ser desierto, hasta que el alma quede seca, sin urgencias de
mañanas, sin promesas que no sanan.
No hay apuro por levantarse ni miedo de quedarse acá, solo el silencio y yo, y este
abismo que abraza.
El sol se esconde lento, pintando el cielo de naranja y ceniza.
Las voces van y vienen,
olas que no me tocan,
rostros que se cruzan sin detenerse.
Estoy acá entre todos, pero solo, y no duele, no del todo.
El viento fresco acaricia mi rostro tratando de susurrarme algo que no alcanzo a
entender.
Las luces de mi pueblo parpadean,
iluminando momentos que observo de lejos,
pero en los que nunca me quedo.
No hay prisa, no hay expectativas solo la certeza de estar conmigo,
y la melodía de un atardecer.

El mundo sigue girando, pero yo me quedo quieto.
Las horas pesan las palabras raspan.
A veces respiro solo porque mi cuerpo lo necesita,
y no porque quiera hacerlo,
me pierdo en pensamientos que no invito,
mis manos tiemblan sin permiso,
mi reflejo me mira, pero no me reconoce hoy solo quiero estar,
sin preguntas, sin gestos, sin tener que justificar
que me duele existir más que ayer.

“Te amo… con peros” Me dice “te amo”, pero su amor es fugaz, solo aparece
cuando quiere más. Me dice “te amo”, pero en su corazón esas palabras no se
escuchan. Me dice “te amo” con la piel encendida, pero en la sombra su voz se
olvida. Me dice “te amo” y pide desnudez, pero jamás pregunta por mi alma, mi
tez. Tantos “te amo” con mil peros, tantos besos en mensajes fieros. Si el amor se
mide en deseo y lujuria, prefiero mi paz antes que su furia. Que se lleve su fuego
de instante, yo quiero un amor que sea constante. No más “te amo” con trampas y
dudas, quiero verdad, no palabras desnudas.

Me llamo Fabrizio, tengo 17 años y siempre me ha gustado escribir o simplemente dejar que mi imaginación viaje a lugares desconocidos. Uno de mis mayores sueños es escribir un libro y un guion para una película. Además, de vez en cuando, también actúo.

3 thoughts on “ACERCA DE LOS “ESCRITOS” DE FABRIZIO CABRERA

  1. Gran espacio para los jóvenes creadores. Tremendas y hermosas palabras que seguramente representarán los sentires de tantas personas. Gracias Fabricio. Y felicitaciones por animarte a mostrar tu voz.

  2. Buenísimo que Fabrizio escriba y lo de/n a conocer !!! la juventud es poderosa en melancolías y sinsentidos, tal vez una premonición del “estamos solos” de aquel complicado Sartre

  3. Por muchos Fabrizios y por más docentes como Marina, que abraza y descubre entre los muros que a veces encierran, entre los espacios de la intemperie de la escuela, un hilo de Ariadna, una punta del ovillo con el que se teje un pochito para legar las palabras como abrigo a nuestros pibes que pueden ser siempre el mejor motivo para lanzar, otra vez, la madeja.

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