Camila Jaime Moyano es coordinadora de Cáritas Agua de Oro, desde hace varios años trabaja asistiendo a la comunidad, Agua de Oro Noticias dialogó con ella para conocer un poco más sobre su tarea y su motivación.
Camila define a Cáritas como un espacio de asistencia pero también de escucha, “les damos asistencia continua a la gente, pero no es una asistencia en la que sólo se entregan alimentos, calzados, ropa y frazadas, sino que también nosotras acá tratamos de acompañarlas con las oraciones, hacemos una pequeña catequesis, reflexionamos sobre algún tema, ya sea de violencia, de trabajo o un tema personal, tratamos de ponerlo en oración y rezamos por la necesidad puntual.”
Cáritas es también un lugar de contención, “mucha gente tiene la necesidad de que la escuchen, vienen con sus problemas y nosotros estamos para escucharlas, estamos para eso también. Cáritas no es sólo un lugar para los necesitados, está abierta a toda la comunidad”, asegura.
Servir a la comunidad parece ser lo que motiva a Camila, quien además es una estudiante avanzada de enfermería. “Trabajar en Cáritas es muy gratificante, elijo estar acá , acompañar, con el rezo, la oración y estar todo el tiempo pendiente del otro, del que necesita. Y también estudio enfermería, yo lo considero un servicio más a la comunidad y sobre todo por el aporte que le puedo llegar a hacer en Cáritas, es muy interesante y te mueve también un montón de cosas que uno no las tenías presentes, y ahora sí.”
CÁRITAS, UN LUGAR CON LAS PUERTAS ABIERTAS
Camila cuenta que Cáritas asiste a personas de distintas localidades: “Son muchas las mujeres que vienen, hay uno o dos hombres que vienen, pero generalmente son muchas las mujeres a las que asistimos, no solamente de Agua de Oro, sino también de Cerro Azul, El Manzano, El Pueblito, Salsipuedes, El Huaico.”
Generalmente la ayuda consiste en la entrega de “ropa, calzados o alimentos, también se les da un bolsón escolar a principio de año y durante el año también se le entregan útiles. Además, todos los meses, se les entrega un bolsón de alimento, por eso se necesitan siempre las donaciones, todo lo que recibimos lo damos y a veces, con la plata de las colectas, compramos las cosas que se necesitan y faltan.”
Este año, debido a la pandemia, no hubieron festejos del día de la niñez, sin embargo, siguieron juntando juguetes donados. Las mujeres que colaboran allí, limpiaron los juguetes, los arreglaron y los entregaron al merendero de El Manzano para los niños y niñas que asisten allí.
Respecto al grupo que integra Cáritas, Camila nos cuenta que “en este momento con la pandemia estamos muy acotados, pero tenemos dos colaboradoras nuevas, Cristina y Ana.” Ellas se sumaron al equipo que viene trabajando allí desde hace varios años y que está integrado actualmente por Camila y Fátima, y también por otros vecinos que “permanecen resguardadas por ser personas de riesgo: Margarita, Marta, Tita, Roque y Elsa.”
Cáritas se financia con donaciones y colectas, Camila subraya que “es mucha gente la que dona, gracias a Dios no nos podemos quejar, mucha gente se acerca a colaborar, las mismas chicas que vienen a buscar alimentos y ropa, también nos dan una mano cuando necesitamos acomodar y ordenar.”
Generalmente las colectas se hacen en la parroquia y también a través de transferencias bancarias a cuentas bancarias de la institución. “Ese dinero se reintegra al Arzobispado y una parte queda para Cáritas de acá”, especifica Camila.