Serafín Robert es un joven de 17 años que vive la zona conocida como El Carmelo, en Agua de Oro, Sierras Chicas. Las aves y las fotos, o las fotos de aves son su sello personal y parte de su identidad.
La cámara y él son uno solo cuando sale al monte o al río o la montaña a fotografiar a la naturaleza, y es que desde sus 11 años aprendió a tomar la cámara, hacer foco y disparar.
Pero también desde pequeño aprendió a mirar y escuchar; estudió sobre cantos y plumajes, aprendió a diferenciar géneros y clases, tipos, características, vuelos y costumbres.
Serafín tiene ese ojo especial y adiestrado que tienen los fotógrafos y cuenta con la paciencia necesaria para capturar el instante preciso de la flor, del pájaro, del aire.
“El amor por la fotografía surge simultáneamente con el amor por las aves”, dice y recuerda el momento exacto de la fascinación: “Un día se posó a mi lado un picaflor cometa y cuando lo vi, al toque pensé en sacarle una foto, así que busqué una camarita familiar que teníamos, era chiquita y sin zoom, y me puse a sacarle fotos al picaflor”.
Al principio la fotografía era más un registro de un ave nueva y una nota de estudio, eso era más importante que la foto en sí misma. “Recuerdo que encontré una guía de aves que tenía mi abuelo, y ahí empecé ver que había muchas especies y comencé a buscarlas y a tratar de identificar las que tenía en casa”, cuenta.
Con esa cámara compacta familiar y con la ayuda de unos binoculares Serafín se las ingeniaba para hacer zoom y acercar la imagen, “ponía la cámara detrás del binocular y así sacaba la foto a través del binocular. Tenía 11 años y no paraba un instante de hablar de pájaros y de fotos”, recuerda.
Después llegaron los planes y proyectos, y con ellos la confirmación de una pasión que sigue a paso seguro. “Hacía almanaques con las fotos y los vendía, con lo que ganaba iba cambiando la cámara”, asegura . Así, Serafín fue incorporando equipos con mejores funciones, de mayor tamaño, con teleobjetivos que fueron mejorando y con ellos también la calidad de las fotos.
SALIR A ESPERAR, ESPERAR PARA VER, VER PARA DISPARAR
Él define su actividad como “fotocacería” es decir, salir y caminar con cámara en mano, podés ir con un claro objetivo sabiendo qué buscás o ir a esperar y ver qué aparece.
Confiesa que a veces hace locuras por una foto, “por ahí queremos llegar al amanecer a un lugar que está a 200 km y nos levantamos a las 3 de la mañana para estar antes del amanecer. Nos metemos al agua en una carpa que es como un escondite, un flotador en el agua. Otras veces hemos pasado varias horas en un escondite esperando. Por una foto, todo vale.”
En cuanto a los lugares favoritos, él afirma que “Agua de Oro está rodeada de naturaleza y te brinda muchas posibilidades, la Pampa de Achala es un lugar que me encanta y Mar Chiquita es otros hermoso lugar para hacer fotos.”
Serafín ha ganado concursos nacionales e internacionales, ha participado de exposiciones y encuentros, con su corta edad es realmente un profesional de largo recorrido.
Explorar su trabajo es adentrarse a un mundo mágico de colores y canto, de belleza y equilibrio, los pájaros están ahí, son nuestros, son los que escuchamos en el patio, los que vemos de lejos. Además, siempre se encamina en algún proyecto que le permita renovar sus equipos, “con mis fotos hago almanaques, rompecabezas, señaladores y cuadros.”
¿DÓNDE ENCONTRAR SUS FOTOS, ALMANAQUES, ROMPECABEZAS Y DEMÁS?
Para conocer sus fotos y comprar sus productos pueden visitar su Instagram @Serafinrobert.fotonaturaleza o comunicarse por teléfono con él al 351 2262711.