LA ESCUELA ARBOL NECESITA DE TODOS NOSOTROS

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Dentro de unas semanas, cuando el calendario escolar establezca el fin de las vacaciones de julio, 41 niños y niñas deberán volver a la presencialidad en una escuela que a la fecha no cuenta con el mobiliario necesario, luego de que personas desconocidas entraran por la fuerza y se llevaran las sillas, mesas y otros elementos, de una de las salas de la escuela El Árbol de Agua de Oro.

Hasta el momento no hay novedades sobre los elementos sustraídos ni sobre los autores del hecho, sin embargo, y ante la necesidad apremiante de rearmar el espacio, la comunidad educativa decidió apelar a la solidaridad de vecinos y amigos para volver a comprar las mesas y las sillas que fueron robadas.

“La solidaridad crea abundancia”, dicen desde esta escuela, “ayudanos a rearmar nuestra querida escuela, necesitamos volver a comprar los elementos sustraídos.”

Quienes quieran colaborar pueden comunicarse con Alejandro, docente de la institución, al 351 5634524. También podrán colaborar comprando empanadas criollas al disco el 9 de julio, con encargo previo a Cielo al 351 2620634.

6 AÑOS EDUCANDO EN NUESTRA COMUNIDAD

El espacio educativo El Árbol está transitando su sexto año de vida en Agua de Oro, es una escuela con pedagogía Waldorf que acompaña a 41 niños y niñas, en jardín y primaria. Además, por la tarde, se amplía la propuesta educativa con talleres artísticos culturales.

“No recibimos subsidios de ningún tipo, nuestra personería jurídica está en trámite, y la escuela se sustenta por autogestión de familias y docentes que se organizan por Comisiones de Trabajo ”, detalla Evangelina Nieto, maestra e integrante de la Comisión Directiva.

“Las diferentes Comisiones van cubriendo todas las necesidades de la escuela. Esta autogestión de trabajo comunitario está conformada activamente por padres, madres y docentes en forma permanente, en todos los ámbitos de la escuela: limpieza, mantenimiento, economía, trabajo, feria, envasado y venta de yerba, entre otras.”

Este no es el primer robo que sufre la escuela. En marzo del año pasado, a una semana del comienzo de la cuarentena, la institución sufrió un primer robo, y a mediados de Junio el segundo hecho.

Esta vez “tomamos la decisión de hacerlo público y contarlo, además de denunciar, por si a alguien de la comunidad le ofrecían esos elementos robados”, afirma Nieto. Y agrega que “las familias están muy movilizadas con esta situación, porque si luego de las vacaciones vuelve la presencialidad, hay una sala que está incompleta”, sin sillas y sin mesas los niños no podrán estudiar.

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